Hay quien se empeña en demostrar que leer provoca placer.


Cada día podemos sorprendernos con las estrategias (a veces trucos) empleados para vender. Lo normal es que las grandes empresas recurran a mecanismos y formas convencionales. Las pequeñas, las muy pequeñas o las minúsculas se sienten más libres o más necesitadas de arriesgar. Y gracias a ello logran sorprender, impactar, ocupar tiempo y espacio en el cerebro de sus potenciales compradores y, con un poco de suerte, vender.

Recientemente un músico-escritor o un escritor-músico ha publicado un libro titulado No temas. Como está fuera de la órbita de las grandes editoriales ha tenido que usar el ingenio o la búsqueda de diferenciación para promocionar su libro y se ha puesto a regalar condones. Sí, condones.

El libro habla sobre la amistad pétrea de un grupo de músicos y de sus aventuras, sus desfases, sus experiencias con gruppies, con las drogas y con el alcohol. Un coctail impactante que corría el riesgo de pasar desapercibido. Por eso, Luis -así se llama el autor- ha empezado a poner en marcha una serie de acciones al menos curiosas. La primera, regalar en la entrada de un concierto estos preservativos. Para que luego algunos digan que la lectura no provoca placer.

vender de forma ingeniosa o al menos diferente.

No temas vender de forma ingeniosa o al menos diferente. Suele dar resultado.

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